sábado, 20 de abril de 2019

Mirame mamá

Su mirada se clava en un punto. Generalmente en mi pupila, como pidiendo auxilio, pero ahora mira fijo a la pared. Hace varios minutos está así. Tal vez horas. Ya perdí la cuenta. Se me hace interminable el tiempo. Me pongo frente a ella. La interrogo con los ojos. Ella los tiene verdes transparentes, como destellos, siempre se los envidié.
¡Mami! ¡Mamá!
No me responde. Acostada en la cama del hospital hace tres semanas.
Pienso ¿en qué piensa? Miro hacia donde mira. No veo mas que la blancura de la pared. Qué ve ella allí.
¡Mami! ¡Mamá!
Sigue absorta mirando ¿a la nada? ¿A todo?
Me desespero. Ya no sé que hacer. La vuelvo a llamar. 
¡Mami! ¡Mamá!
Me acerco. Más me acerco, pongo mi cara frente a la suya a escasos diez centímetros. 
¡Mami! ¡Mamá!
De golpe reacciona:
¡Sandra, dejame de hinchar!!


No hay comentarios: