miércoles, 14 de febrero de 2018

Intertextualidad de la vida

INTERTEXTUALIDAD DE LA VIDA

Una vez me preguntaron: ¿En qué creés? 
La cuestión me descolocó. Pues siempre he pensado en la negativa: por ejemplo: No creo en Dios, o no creo en supersticiones. Entonces en qué creo. Razoné mi respuesta. Llegué a la conclusión de que creo en la Literatura. Quizá suena paradójico no creer en Dios pero creer en la ficción literaria. Sin embargo, desde mi óptica los libros sagrados son arte. 
La literatura me da el 50% las respuestas como la religión a otros (ya que muchos se cuestionan "Dios, por qué a mí", como si fueran exentos por el hecho de "tener fe").
Por ende, he de creer también en otra cosa, en la Ciencia, que me otorga la otra mitad de las respuestas.
Esta creencia hace que si mi hija siente un malestar en el estómago vaya al médico, y nunca se me ocurriría pensar en que está empachada.
Esta manera de tomar la vida que me la heredó mi papá, tiene sus pro y sus contras. Por ejemplo, mi madre que es fiel creyente de mamá María y papá Dios, corre con la ventaja de tener un "terrenito en el cielo" y allá la esperan sus ancestros a la derecha del padre. Pero con la desventaja de sentir en todo momento la culpa del pecado original.
Cierto día ella me pidió auxilio porque sentía un terrible dolor en las piernas. Entonces en pleno domingo, la convencí de ir al médico y fuimos al sanatorio Chaco. 
-Y que me va a decir el médico?- preguntó irónica - Yo sé bien lo que es esto.
- Cómo vas a saber.
- Hmm... 
Esperamos unos veinte minutos. Mientras ella espiaba por la rendija de la puerta.
Luego pasamos al consultorio.
Nos recibió un doctor bonachón, una especie de papá Noel sin barba y sin traje.
- ¿Cómo está señora? 
- ¡Mal! Cómo voy a estar.
El médico tenía una paciencia de elefante y soportó el dardo con entereza.
- ¿Y qué es lo que le está pasando? Cuentemé.
- Me duele la pierna derecha, está afiebrada. Una vez tuve erisipela. Quizá sea eso de nuevo.
El doctor la revisó. 
- Para saber exactamente que tiene hay que hacer unos análisis de sangre. Por ahora va a tomar un calmante para el dolor.
- Depende que tipo de calmante sea porque tomo muchos psicofármacos. 
- ¿Y por qué toma tantos? 
- Soy depresiva desde los 33 años. Últimamente ando cada vez peor. Estoy muy agotada y tengo mucho miedo de quedarme sola en mi casa. Hace unos días ya que estoy viviendo con mi hija por ese motivo.
El doctor se quedó pensativo. Se cruzó de brazos y se recostó contra la pared. Calló durante unos segundos. La miró muy serio y le dijo: 
- Señora, ¿usted hizo revisar su casa? 
En ese instante creí más que nunca en la Literatura. Pues la escena parecía sacada de un cuento de García Márquez.
- No doctor. 

- Pues haga curar su casa, porque lo que usted tiene es brujería. 
La sala del hospital de Corpus Christi en la visita del medico en jefe (1889) -Luis Jiménez Aranda (recorte)