viernes, 6 de marzo de 2020

Amor incondicional

Mi niña está enferma. Tiene fiebre hace tres días. Estoy a su lado a toda hora. Le pongo paños fríos y ella se deja. Le doy agua cada cinco minutos. Le paso el control remoto. Me pide masaje en la pancita. Me acuesto a su lado. La llevo al baño. Le doy el remedio. Le mido la temperatura. Todo acepta. Me pide "abrazo mamá". Ya está mas grandecita. No llora. Tiene su carita triste. Le pregunto a cada rato  ¿cómo estás hija? Bien mami me responde.
Todo se repite constantemente durante estos tres días. Hasta que un diálogo sale de lo común
tarde antes de dormir.
-¿Cómo estás Frida?
-Feliz - me respondió en medio de la fiebre y los paños fríos.
-Por qué? - pregunto con sorpresa.
- Porque mamá me ama.


martes, 31 de diciembre de 2019

Rebelación




-Pero quién diablos te crees que soy, ¿Mafalda?- y le tiró el plato por la cara. Los fideos serpenteaban como cabellos de ángel en su corte recién hecho, el caldo le abochornó los cachetes, un poroto quedó apresado en su entrecejo y una chaucha le sirvió de bigote.
Desconcertado, Ramón se limpió la cara con el delantal. 

La venganza barroca de una artista víctima del machismo
 Primera pintora feminista, Artemisa Gestileschi



martes, 30 de abril de 2019

Los ojos de mamá

Desde que recuerdo me hipnotizaron los ojos de mamá. Tan enormes que parecían salirse de su órbita, tan transparentes con ese color esmeralda que los hacía aún más atractivos.
De pequeña me miraba en el espejo y esperaba ver algún parecido entre mis ojos y los de ella. Me escudriñaba con la lupa. Hasta que lograba ver unas rayitas verdes en mis pupilas marrones. Tanto deseaba ser como ella que hasta usaba su ropa y sus zapatos de tacón. La quería tanto que cuando ella salía sola me sentaba afuera para verla bajar del colectivo y correr a su encuentro. Cuando ella se internaba me acostaba en su cama y hundía mis narices en su almohada para sentir su olor.
Hace unos meses me pidió que le escribiera algo, a tu papá le escribiste un cuento y a mi nada; me recriminó. Garabatee unas líneas que tardaron semanas en salir.
Y mi cuento; me preguntó en una de esas conversaciones por sms. Lo estoy terminando, respondí. Eso es cuento chino; me escribió.
Ahí me puse en órbita, esa frase me tocó las fibras (así me retó la maestra de 7º grado cuando le dije que olvidé la tarea sobre la mesa, pero esa es otra historia).
Al otro día fui a su departamento y le leí lo que escribí. Lo tengo que terminar mami y lo imprimo. No hace falta hija, me gusta así como está.
Nunca lo terminé. Ojala pudiera volver el tiempo atrás y leerle estas palabras a ese oído de cenizas, un texto inacabado que sale de este amor eterno que me invade y que ya no tiene a quien abrazar.
 Nahui Ollin, pintura de Gerardo Murillo “Dr. Atl”


sábado, 27 de abril de 2019

La máquina de coser

Mi papá me contaba que mi abuela lo corría con la correa de la máquina cuando hacía alguna travesura. Una vez lo alcanzó, cuando él trataba de saltar el muro del fondo de su casa. Nunca se olvidó de como le ardieron las piernas, en esa época aún usaba pantalones cortos. Cuando yo iba a visitarla, ella no se acordaba de eso, y siempre me decía "no viene tu papá a verme". Lo que pasaba era que él aún se acordaba de la correa y le quitaba las ganas ir, el hecho de ver la Singer que aún seguía ostentando su lugar en la cocina.

Pintura de Hortensia Martín Gómez 


sábado, 20 de abril de 2019

Mirame mamá

Su mirada se clava en un punto. Generalmente en mi pupila, como pidiendo auxilio, pero ahora mira fijo a la pared. Hace varios minutos está así. Tal vez horas. Ya perdí la cuenta. Se me hace interminable el tiempo. Me pongo frente a ella. La interrogo con los ojos. Ella los tiene verdes transparentes, como destellos, siempre se los envidié.
¡Mami! ¡Mamá!
No me responde. Acostada en la cama del hospital hace tres semanas.
Pienso ¿en qué piensa? Miro hacia donde mira. No veo mas que la blancura de la pared. Qué ve ella allí.
¡Mami! ¡Mamá!
Sigue absorta mirando ¿a la nada? ¿A todo?
Me desespero. Ya no sé que hacer. La vuelvo a llamar. 
¡Mami! ¡Mamá!
Me acerco. Más me acerco, pongo mi cara frente a la suya a escasos diez centímetros. 
¡Mami! ¡Mamá!
De golpe reacciona:
¡Sandra, dejame de hinchar!!


domingo, 3 de febrero de 2019

Crisis fabulosa

Una feroz crisis está azotando a los personajes de cuentos de hadas. La situación económica ha llegado al límite y las princesas han debido salir de su burbuja. 
La blonda Rapunsel ha pasado por la peluquería a vender su trenza y la cándida Caperucita subastó su emblemática capa. A la pobre Cenicienta el hada madrina le embargo sus zapatitos y ahora usa unos crok. Y Blancanieves dejó la dieta de la manzana por polenta. La ojerosa Aurora solo duerme cuatro horas porque sale a remisear con la alfombra que le alquila Jazmín. Ni hablar de Tiana que se dedicó al contrabando de carteras de cocodrilo y ahora afronta una denuncia judicial de los protectores de animales. A la que mejor le va es a Elsa que con este calor vende muchas bolsitas de hielo. La bella Pocahontas ahora vende artesanías, gracias a Mulan que le hizo un lugarcito en su supermercado. Y la audaz Merida ha abandonado el colectivo feminista y se casó con un Príncipe adinerado.
Para sacar adelante el país de Muy muy lejano hay que sacrificarse, así lo dijo el rey.




Ni una menos en las canciones

Hace unos días jugábamos con Frida y sus muñequitas adquiridas gracias a la cultura mercantil de fin de año y el padrino que nunca se olvida de su ahijada. 
-Vamos a ponerles nombres. 
-Cleopatra - dijo Frida.
Entonces recordé esa vieja canción y se la canté. Le gustó y ella intentanba entonarla. Ahí surgió la idea de ponerles nombres que podamos cantar. 
Esta se puede llamar Juana Azurduy- y cantamos porque se la sabe gracias a Zamba. 
La tercera ya se me complicó. Pensaba le ponemos Raquel, recordé la letra pegadiza, y desistí. Pensé Marta, peor. Luego se me ocurrió Macarena, y la “alegría” para su cuerpo, tampoco. Terminé recordando todas las canciones que denigran o comenten femicidio en sus letras.
En resumen, la muñequita se llama Alfonsina Storni.
Las letras de canciones ejercen violencia hacia la mujer y esas son las más conocidas. Son las que venden.


https://www.youtube.com/watch?v=eU1Hpc_iqL8&feature=share
Imagen relacionada

Mandato cultural

En la tienda, había camperas rosadas y azules. Yo pensé “vamos a aprovechar la oferta”.
Mientras miraba talles y calidad, Frida jugaba y entrelazaba las mangas rosadas con las azules.
-Es amor!!- me dijo.
La vendedora la miraba torcido.
-Esta camperita azul está hermosa para ir a la escuela.
-Nooo. Azul no! Rosa!!- fue la respuesta de Frida.
-No. Azul es para la escuela.
-No! rosa.
Y no se quiso probar la azul. Mientras la otra se la comía con los ojos.
La princesa Rosa y el príncipe Azul. Si desde muy pequeñita asumió que esos son los colores que identifican los géneros, cómo convencerla? Se los impuso la tele y el comercio. Porque todos los vestidos de nena tienen rosado, rosadito, rosa viejo, rosa chicle, y que sé yo cuántos tonos. A estas alturas se me ocurre ir a decirle que las nenas también se pueden vestir de azul. Deberé iniciar un largo camino para revertir tanta influencia cultural.
Desafiando el mandato cultural, chicas de azul

domingo, 6 de enero de 2019

Contrahegemonía



Imagine there's no heaven
It's easy if you try
No hell below us
John Lenon

Subió al colectivo un morenito de unos dieciséis años, vestía una remera gastada, negra, que más bien era gris de tantas lavadas, una bermuda de jean, de esas que se compran en la feria de los paraguas y unas zapas Yaguar impecables. Su pelo corto, a la moda, rapado y con un jopo que le caía sobre un ojo. Llevaba también una mochila de lona tan vieja como la remera.
Apoyó la SUBE, pagó y avanzó hacia el fondo. Las miradas inquisidoras se apoyaban en él. Por supuesto que se daba cuenta de ello. Creo que eso le producía cierto orgullo. Eligió un asiento individual. Se sentó con delicadeza y apoyó la mochila en su regazo. Con sumo cuidado acomodó los dos pañuelos que llevaba anudados, aunque bastante sucios y deshilachados, uno era verde y el otro anaranjado.